
Ella baila así, para la indiferencia de unos cuantos.
Quizás todo debiera ser un poco más alegre en estos sitios, o es que la música cubre las educadas risas de los invitados.
Protegida por ochenta velas se mueve en el fervor de sus ojos cerrados.
Ella es parte del festín. No hay más que silencio para sus pies. ¿Quién vendrá a sentir la concentración de sus pasos sobre el agua?
No le abran los ojos. No esquiven sus brazadas en el aire. Ella nada mientras los comensales, invisibles en algún lugar de allí, apenas flotan: esperan un trasatlántico que se hundirá mañana.
En ese día ella seguirá bailando como si nada, pero esto sucederá en otro cielo.
Hoy es hoy: alguien retira las flores de las mesas y la botan por ahí. Silenciosos empleados sacan la huella de todas las pisadas con aspiradoras a prueba de balas. Las cortinas se abren para que entre la luz del mundo, que es más oscura que la propia noche.
Capturada por la pantalla, la bailarina se deja reflejar en un espejo que desfigura su minuto. Uno busca los detalles. Un mundo inmóvil; su centro se agita y late. Ella baila y respira con su paz salvada de la devastación más elegante.¿Por dónde se sale de aquí?
Fotografía: Julio Castro
Texto: Pablo Padilla
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1 Comments:
Estaba mirando blog's de mis amigos y por suerte, o será el destino??? caí en este blog. Lo mejor que he visto...las fotos increíbles...los textos me dan sana envidia.
Me gustaría saber más de ustedes.
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